El pasado sábado los buques Serenissima y Silver Muse cerraron la primera quincena del mes cruceristico por excelencia en A Coruña con unos registros más que satisfactorios; un total de 10 recaladas en apenas 12 días. No está nada mal y aún nos queda la otra mitad del mes que promete un número muy similar de visitas, pero hoy toca analizar a los dos buques anteriormente mencionados, haciéndolo como siempre por estricto orden de llegada.
Dos navíos de gran lujo coincidieron en la dársena coruñesa el pasado sábado.

  
Sobre las siete de la mañana el Silver Muse maniobraba ya en aguas interiores del puerto herculino a la búsqueda de su punto de amarre en el muelle de trasatlánticos. A bordo de esta musa plateada llegaron algo más de 500 pasajeros en el transcurso de unas vacaciones de ensueño; una travesía de 7 noches de duración iniciada el pasado día 7 en Dublín y cuyo marcado acento irlandés incluía escalas en Waterford y Cork antes de recalar en nuestra ciudad, tras la cual tuvo lugar una última parada en Leixoes ante de finalizar la ruta en Lisboa este martes. Pasar una semana a bordo de este paraíso flotante obviamente no sale  barato: los precios para esta singladura partían desde los 5.200 euros en el alojamiento más sencillo que refiriéndose al Silver Muse supone hablar de una suite de 30 metros cuadrados además de un servicio (casi) todo incluído. Silversea ofrecía además la posibilidad de ampliar el itinerario en 6 jornadas continuando viaje desde Lisboa hasta Barcelona con escalas intermedias en Cádiz y Málaga aumentando eso sí las tarifas hasta los 10.000 euros de base.
Puestos a hacer una travesía por mar, el Silver Muse es una de las opciones más lujosas que podemos escoger dentro del vasto abanico de la oferta crucerística actual.
El Serenissima por su parte no quiso hacer madrugar tanto a los shipspotters que se acercaron a «afotarlo» (todo un detalle por su parte) y no apareció por las proximidades del Castillo de San Antón hasta poco antes de las ocho. Sus discretas dimensiones no levantaron gran expectación; a decir verdad pocos de los allí presentes podrían asociar su imagen a la de un buque de cruceros prototípico, pareciendo más un buque oceanográfico que otra cosa, pero como siempre existe una buena razón que explica este curioso aspecto como veremos después. A bordo del pequeño buque de pasaje operado por el touroperador Noble Caledonia llegaron a la ciudad 69 cruceristas, todos ellos británicos, que se encuentran en mitad de un crucero de 11 noches iniciado en Lisboa y que finalizará el próximo sábado en la ciudad inglesa de Portsmouth. El pequeño tamaño de la nave le permite hacer paradas en puertos inaccesibles para la mayoría de los megacruceros o lugares poco habituales en el circuito crucerístico lo que añade altas dosis de exclusividad a sus rutas. Así la singladura actual del Serenissima incluye escalas en Tresco, en el archipiélago británico de las Sorlingas, la villa francesa de Douarnenez o Vilagarcía de Arousa, dársena de la cual procedía el navío de bandera sanvicentina (de San Vicente y Granadinas) a su llegada a  A Coruña. Los precios de este crucero partían desde los 4.200 euros.
El Serenissima es un bellísimo y atípico buque de cruceros.

Podría dar como dato referido a nuestros dos navíos protagonistas de hoy que entre ambos suman la friolera de 59 años y no estaría faltando a la verdad pero lo cierto es que la frase llevaría completamente a engaño; sus respectivos perfiles ya delatan que estamos ante dos buques de épocas completamente distintas siendo el Silver Muse un «recién nacido» y el Serenissima un «viejo rockero» que sigue dando guerra a pesar de llevar sobre sus cuadernas muchas millas navegadas. A continuación os daré unos cuantos detalles acerca de estos dos excepcionales barcos.

El Silver Muse celebraba hace unas semanas su primer año de exitosa carrera comercial. Fue botado en abril de 2017 en los astilleros Fincantieri, en su sede de Sestri Ponente, en Génova y presume de ser uno de los buques de pasaje más lujosos del mundo. Hablamos de un buque de 40.700 toneladas de registro bruto y que cuenta con unas medidas principales de 213 metros de eslora por 27 de manga. A la vista de estos datos puede parecernos un buque de dicretas proporciones pero para su naviera, la italomonegasca Silversea, es todo un coloso; de hecho es su buque insignia. Su diseño se basó en las líneas del Silver Spirit, su unidad predecesora, al que nuestro protagonista de hoy supera en un 10% en volumen y capacidad y al que mejora, si es que esto es posible, en lujo y calidad de servicio a bordo.

El Muse, uno de los navíos más lujosos que surcan los mares, tiene capacidad para 596 pasajeros alojados en alguna de las 298 suites (no hay camarotes) repartidas a lo largo y ancho de sus 8 cubiertas de pasaje (de la 4 a la 11). Da cuenta de la calidad de servicio a bordo su cifra de tripulantes: 411 que otorga al navío un ratio de pasajero por tripulante de 1´4 o su ratio espacio por pasajero (el equivalente a decir cuanto barco «le toca» a cada crucerista) y que alcanza el 68´2, una auténtica animalada si tenemos en cuenta que el umbral de lujo lo marca el dígito 40.
La naviera Silversea es una de los mayores exponentes del lujo en alta mar compitiendo en exclusividad con Hapag Lloyd, Seabourn o Regent Seven Seas.

Si el Silver Muse presume de novedad el caso del Serenissima es todo lo contrario; se botó hace la friolera de ¡¡¡58 años!!!! en los astilleros Trondheims Mekaniske Verksted de la ciudad noruega de Trondheim para la naviera Nordenfjeldkses Dampskipsselskap (NFDS) con el objetivo de sustituír al último de sus buques de vapor en la ruta entre las ciudades noruegas de Bergen y Kirkenes. El por entonces denominado Harald Jarl demostró su buen hacer en esta difícil ruta durante dos décadas gozando de una tremenda popularidad hasta que a finales de los 80 el navío fue vendido a intereses norteamericanos. En su nueva aventura comercial el navío fue rebautizado como Andrea y reconvertido en buque de cruceros de expedición para lo cual se le sometió a una profunda reforma en la que destacó la decoración de los espacios interiores, con un estilo retro muy apreciado por el público. En 2009 tras la quiebra de su naviera el veterano Andrea parecía abocado al desguace ante la inminente  entrada en vigor de la exigente normativa SOLAS 2010 que acabaría mandando al desguace a muchos navíos clásicos, pero pese a tener todas las papeletas de desaperecer el buque esquivó su fatal destino.
Nuestro Serenissima en sus comienzos allá por la década de los 60 y bautizado con su nombre original de Harald Jarl.
(Foto: Serenissima Cruises)
En 2012 el navío fue comprado por la Premier Cruises que llevó su nueva adquisición hasta los astilleros Solinbrodogradnja de Vranjic (Croacia) no
sólo para adaptarlo a la nueva normativa sino  también para realizarle
una puesta al día integral que incluyó la
adición de cuatro nuevas suites con balcón privado en la cubierta 5, la instalación de varias zodiacs para poder utilizarse en aquellas
escalas que así lo permitiesen y sobre todo un nuevo nombre en su amura, el que luce actualmente y que hace referencia al apodo con el que es conocida la ciudad de Venecia. En la actualidad el Serenissima es un buque de 2.632 toneladas de registro bruto que cuenta con unas dimensiones de 87´4 metros de eslora y 13´2 metros de manga con capacidad para 107 pasajeros atendidos por 53 tripulantes.

Arriba: El Serenissima es un buque de cruceros muy pequeño, tanto que en esta foto parece más una maqueta que un   barco real
Abajo: El emblema de la nave, su mástil/chimenea, sigue invariable desde 1960.

Tras compartir atraque por unas horas en el muelle de trasatlánticos el dúo protagonista de la jornada del sábado deshizo su fugaz asociación a las cinco de la tarde con la partida del Silver Muse rumbo a tierras portuguesas. Una hora más tarde fue el Serenissima el que soltó amarras para dirigirse en su caso al puerto de Gijón. Las escalas de cruceros se toman un pequeño descanso por unos días
antes de afrontar una nueva semana grande, la que transcurrirá del 21 al
27 de este mes y en la que hay previstas hasta un total de 7 recaladas. Preparen las cámaras, shipspotters.
El exclusivo Silver Muse se despide de los coruñeses hasta el próximo año.

Salvo
las que indiquen lo contrario, las fotos de esta entrada han sido
realizadas por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de
todas ellas.