Poco antes de las 10 de la mañana llegaba al puerto de A Coruña el Spitsbergen, un moderno buque de expedición que realiza su visita inaugural a la dársena herculina.

Procedente del puerto neerlandés de Ijmuiden el buque operado por la naviera noruega Hurtigruten navega con casi un centenar de pasajeros a bordo que disfrutan de una ruta de reposicionamiento en la que el buque se traslada desde el norte de Europa hacia aguas de África occidental. Allí ofrecerá travesías durante los pr´óximos meses vistando cabo Verde, Senegal, Gambia y Guinea-Bissau.

Construido en los Estaleiros Navais de Viana do Castelo (Portugal) y puesto en servicio en 2009, el Spitsbergen es un buque de cruceros de expedición de 7.344 Toneladas de Registro Bruto cuyas medidas alcanzan los 100´ 5 metros de eslora, 19 de manga y 5´ 3 metros de calado. En sus 6 cubiertas de pasaje el buque, que navega bajo pabellón noruego, puede acomodar a un máximo de 335 pasajeros en sus 89 camarotes.

 Spitsbergen
(Foto: Diego Veiga)

Un buque que no tiene piscina

A diferencia de los grandes buques de pasaje que visitan frecuentemente A Coruña, el Spitsbergen no cuenta con grandes salones a bordo ni con los últimos avances en lo relativo al entretenimiento. Esto no quiere decir que la nave no ofrezca opciones de ocio para su pasaje.

El barco cuenta con dos restaurantes, siendo el Torget el comedor principal de la nave durante el desayuno la comida y la cena. La alternativa a éste es el Brygga, de ambiente más informal. Ambos ofrecen una cocina de extraordinaria calidad y de clara influencia escandinava.

El principal salón a bordo del Spitsbergen es el Explorer Lounge, situado en las cubiertas 5 y 6 y en el que los pasajeros pueden disfrutar de unas extraordinarias vistas mientras toman una copa o leen un libro. A popa de la cubierta 7 hay un pequeño gimnasio que cuenta con todo lo necesario para mantenernos en forma mientras realizamos nuestro crucero. Dos bañeras hidromasaje al aire libre sirven para compensar la falta de piscina a bordo.

Una de las suites a bordo del Spitsbergen
Una de las suites a bordo del Spitsbergen. (Foto: Hurtigruten)

Un barco nacido como ferry

Bautizado originalmente como Atlántida, el actual Spitsbergen nació con una morfología muy diferente a la que hoy presenta puesto que en origen era un buque mixto de carga rodada y pasaje, un RoPax, en el argot marítimo.

El buque fue un encargo de la naviera AtlanticoLine para cubrir rutas entre la costa portuguesa peninsular y el archipiélago de las Azores. Sin embargo el barco fue rechazado por el comprador tras realizarse las pruebas de mar debido a la incapacidad de cumplir con su velocidad de servicio. El astillero trató entonces de buscar un comprador pero al tratarse de una unidad tan especializada, con su particular diseño de rampa de cuarto lateral o la reducida cantidad de camarotes, su venta se alargó en el tiempo.

El Spitsbergen nació como buque ropax para cubrir la ruta entre la costa continental de Portugal y las Azores
El Spitsbergen nació como buque ropax para cubrir la ruta entre la costa continental de Portugal y las Azores. (Foto: Ángel Luís Godar Moreira/shipspotting)

Como consecuencia de ello el barco fue perdiendo valor. Tasado originalmente en 49´ 5 millones de euros, en 2011 ya sólo estaba valorado en 29´ 5 millones. Ese año fue llevado al astillero Arsenal do Alfeite de Lisboa donde permaneció por espacio de varios años llegando a estar tasado en tan sólo 11 millones de euros.

A lo largo de todo este tiempo no faltaron las propuestas. La ya desaparecida naviera de cruceros lusa Classic International Cruises propuso instalarle camarotes adicionales para usarlo como buque de cruceros. También hubo rumores de venta al gobierno angoleño para su reconversión en yate real del país africano. Una empresa canadiense quiso comprarlo para su uso como transbordador entre Azores y Madeira e incluso se habló de que una naviera quería adquirirlo para cubrir las rutas entre Portimao y Casablanca. Ninguno de estos proyectos se llevó finalmente a cabo.

Spitsbergen
(Foto: Diego Veiga)

Mystic Invest al rescate

En 2014 Mário Ferreira, presidente del grupo portugués Mystic Invest, se hizo con el ferry Atlántida por unos 15 millones de euros con idea de transformarlo en un navío de lujo con el que realizar cruceros por el Amazonas, navegando entre las ciudades de Manaos (Brasil) e Iquitos (Perú).

Los trabajos de transformación se iniciaron en los astilleros West Sea de Viana do Castelo ese mismo año, pero tras una inversión inicial de varios millones de euros el proyecto fue derivando hacia un buque de expedición con capacidades polares. Tras una reevaluación del coste que supondría adaptar el casco del Atlántida para navegar entre hielos se llegó a la conclusión de que la mejor opción era construir un nuevo buque desde cero.

Un expedicionario llamado Spitsbergen
(Foto: Diego Veiga)

Fue en 2016 cuando Mystic Invest vendió el buque a medio transformar a la naviera Hurtigruten por 18 millones de euros. La naviera escandinava remolcó el barco hasta Noruega y concluyó la conversión de buque mixto de carga y pasaje a buque de cruceros en los astileron Fosen Yards de la ciudad de Rissa. El dinero obtenido por la venta del buque sirvió para que Mystic Invest iniciara su proyecto de construcción de un buque de expedición preparado para navegar entre hielos, que daría como resultado el World Explorer, el buque de pasajeros más grande construido en Portugal en los últimos 45 años.

A finales del verano de 2016 el Atlántida, ya rebautizado como Spitsbergen se incorporó a la flota de Hurtigruten, Desde entonces el barco ofrece rutas principalmente por la costa noruega pero también por otras zonas del mundo poco frecuentadas por los buques de cruceros convencionales.

Un expedicionario llamado Spitsbergen
Desde 2016 el Spitsbergen forma parte de la flota de la naviera noruega Hurtigruten, compuesta actualmente por 15 navíos. (Foto: Diego Veiga)

Una escala de larga duración

El Spitsbergen tiene previsto permanecer en A Coruña toda la jornada del domingo y pernoctar en puerto antes de zarpar a primera hora de la tarde del lunes rumbo a Ferrol.

Un expedicionario llamado Spitsbergen
(Foto: Diego Veiga)

Foto portada: Diego Veiga